14 mayo, 2013

Luchando por aprender

La escuela secundaria de mi hijo menor abre sus puertas por las tardes a los adultos, es decir, por las mañanas atiende a una población que oscila entre los 12 y los 15 años, y por las tardes a todas las personas mayores a esa edad.
En una junta de padres de familia, el director del turno vespertino invitó a continuar sus estudios a quienes, por alguna razón, no los hubieran concluido -o empezado-, o sea, nos hizo saber que la secundaria para adultos tiene alumnos desde los 15 hasta los 65 años de edad, ¡65 años!, me quedé admirada, pero, sobre todo, conmovida, una persona que va a la escuela a los 65 años para terminar la secundaria hace que me conmueva hasta las lágrimas.
Y tal vez me conmueve tanto porque me hace recordar a una de mis más queridas maestras, quien me marcó con su ejemplo de vida y que aquí comparto:
Azucena, mi maestra, fue una de esas mujeres a la que su padre no le permitió estudiar, sólo terminó la primaria.
Se casó, como se esperaba, y tuvo dos hijas. Cuando sus hijas crecieron, ella estudió en una secundaria para adultos y obtuvo su certificado.
Le encantaba aprender y siguió estudiando. Terminó la preparatoria. Ingresó a la universidad. Se tituló. Continuó con la maestría. Y, finalmente, concluyó con el doctorado.
Cuando yo la conocí, en la UNAM, ya era doctora, pero no cualquier doctora; ella era diferente -muy diferente-, era una persona feliz, satisfecha, que desbordaba pasión por la vida; era una guerrera que me cautivó con sus palabras y me enseñó lo que muy raramente se enseña: a luchar, a luchar siempre.

1 comentario:

  1. Hola, me encantó tu historia. Yo también creo que la educación y alfabetización en adultos es una gran tarea e inspiración.
    Muchas personas desafortunadamente por su situación económica no pueden continuar con sus estudios, los motivos son varios, trabajar a temprana edad, quedar embarazada en la adolescencia, etc. Pero existe una oportunidad para todos ellos, el INEA, y considero que se le debe de dar más difusión.

    Es muy emotivo saber que los adultos mayores se sienten motivadas por iniciar y concluir su primaria. Yo espero algún día colaborar en la causa.

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